martes, 6 de agosto de 2013

Helena y el placer del Chocolate


Elena recuerda con mucho amor a su esposo, su mayor fuerza e inspiración. “Él comprendió mucho mi trabajo y fue el que me motivó a empezar esto”. Sin embargo, el encanto por los dulces llegó antes, cuando era una niña. “Tenía una vecina a la que llamaba tía y gracias a ella conocí el olor, el sabor, las sensaciones del chocolate”.
“Cuando viajé a Estados Unidos me informé más, compré libros, traje envases, y así se inició esta industria”. Hoy las tejas y chocotejas se han convertido en imagen de Helena. Sin embargo, los dulces que se fabrican en sus talleres son más: trufas, coconuts, bombones y una “mezcla Bendita” de pisco y chocolate.
Elena es también una aficionada al canto y durante estos años ha compartido la repostería con la música, incluso grabó un disco con una compilación de boleros. Armando Manzanero es uno de sus referentes otro de ellos es Raphael, a quien Elena tuvo la oportunidad de cantarle en su propia casa.
Hoy Helena es una marca de exportación. Chile y Estados Unidos, disfrutan de su sabor e incluso en los aires también se comen tejas (desde hace un tiempo sus dulces son repartidos en los vuelos de una conocida aerolínea). Pese a ello y a la fama conseguida, la señora Soler se describe solo como una fanática de la repostería fina.

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