martes, 6 de agosto de 2013

EL CAFE DE GIANFRANCO

Un desayuno entre dos amantes. Eso es lo que sucede en el Café Gianfranco, según narra Cisneros en uno de los capítulos de “Nunca confíes en mí”.En este lugar, el expreso se hace con cinco gramos de café y la se sirve a la barra. “Así es más rico porque no se oxida”,  explica Gianfranco Dominichi,en muchas entrevistas.Un buen café, de esos que al tomarlos generan un verdadero placer, sale de granos que están almacenados al vacío (su enemigo número uno es el aire); es aquel que se prepara y toma en el momento en una taza de cerámica, y que tiene una delgada capa de espuma marrón encima. Esos son algunos de los secretos que Dominichi compartió con todos los que cruzamos la puerta a ese mundo de café y chocolate que no te lo puedes perder.




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